vendredi 19 octobre 2007

Anclado en Buenos Aires...


Casi un año desde que mis pies de muñeca china pisaron el asfalto porteño y se pegaron a las veredas ardientes como para decir de manera poco sutil y mas bien brutal:”ya tenés un pedazo tuyo anclado en este cemento”. Tu huella queda plasmada ahí mismo en esa misma calle Florida que tanto te asombró cuando llegaste; que tanto dolió recorrer todos los días y que en el fondo tanto te hizo soñar” Va hacer un año que mi pelo se enredó en sus corrientes y mareas callejeras y hoy se cumple casi un año de una changuita que se convirtió en “laburo” en el microcentro profundo de la ciudad: city-colmena donde la gente parece desesperadamente volar con rumbo fijo de una oficina a otra, de un kiosco a un colectivo, de una parada de subte a un locutorio. La prisa denomina este lugar tan repugnante, tan arrasador y encariñosador a la vez (si me permiten ese tremendo barbarismo) porque uno aprende a reírse de los gestos mil veces repetidos. Las escenas esquineras se vuelven mas familiares y mas dulces, los porteros ya te saludan con otra mirada y el olor a café de las viejas confiterías se ha convertido en un oasis .
Mis idas y vueltas se mezclaron al individualismo del caminar rompiendo viento, sonido y perfume, sin mas atención.
Pero ya se cumplió casi un año.
Y el microcentro se lleva un pedacito mío. Me robó inocencia y me trajo fortaleza.
Viejo microcentro, sos un tango triste en mi pecho.

Aucun commentaire: